Señor, Tú que eres la fuente de toda verdad y de toda vida, Tú que quieres que todos los seres humanos participen de esa verdad y tengan vida plena,
envía a tu Iglesia jóvenes deseosos de seguir a Jesús al estilo de Santo Domingo de Guzmán: enamorados de ti, atentos a tu Palabra y a la realidad que viven; asiduos en el estudio y fraternos en la convivencia, para que puedan responder a los desafíos que presenta hoy nuestro mundo.
Danos hermanos y hermanas que se unan a nosotros para anunciar con gozo la llegada de tu Reino, y tu voluntad de que todas las personas se salven.
Jóvenes que sean luz y sal para quienes buscan, esperanza para los necesitados y fortaleza para los que luchan por superar sus propias debilidades y hacer frente a toda clase de injusticia.
Virgen del Rosario, Madre de la Palabra y de los predicadores, acompaña a toda la Familia Dominicana, para que nos mantengamos fieles a la misión de ser anunciadores de la Buena Nueva de tu Hijo Jesucristo. Amén.
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